© Cintia Sarría
Hablar de la cuarentena y el coronavirus parece antiguo después de casi tres años, sin embargo, algunos efectos derivados de la pandemia como la digitalización de ciertos servicios, la popularización del reparto a domicilio o delivery, la atención telefónica de citas médicas o el acceso al teletrabajo o las citas online se han normalizado.
En un contexto de uberización, el acceso a la pornografía y la prostitución también se normalizó, en especial entre los jóvenes. La precarización también hizo su aportación para el incremento de la digitalización del espacio prostitucional y la aparición de la prostitución 2.0.
En el momento en el que la interacción física se volvió más difícil y la exposición del cuerpo de las mujeres más accesible, las posibilidades de los hombres de consumir prostitución y de ponerse en contacto con las mujeres crecieron de forma exponencial. El contacto por Internet con mujeres oculta la identidad de los hombres, preservando su tranquilidad y protegiéndolos, según cita el informe publicado en 2023 por el Instituto de las Mujeres junto a Médicos del Mundo en el que se diagnostica la aceleración del proceso de digitalización y la deslocalización de la prostitución.
Cuando hablamos de Prostitución 2.0. nos referimos a la actividad que se realiza en sitios web para llevar a cambio el intercambio de información y contenidos sexuales, mayoritariamente entre creadoras y consumidores de contenido. La Prostitución 2.0. está íntimamente relacionada con el porno, un género que sirve como una importante fuente de aprendizaje sexual de niños, niñas y adolescentes. “Un aprendizaje preocupante, ya que supone, en términos generales, la reproducción de estereotipos de género que denigran a la mujer y reproducen violencia hacia ellas casi por defecto”, explica Begoña González, educadora social y experta en prevención de explotación sexual. En los últimos tiempos, se ha popularizado, sobre todo en el entorno universitario, el concepto sugardating, que es el acto de invitar a chicas jóvenes -en situación precaria- a ganar dinero a través de la compañía o los servicios sexuales.
Onlyfans y el resto de plataformas
En algunas redes sociales, como Instagram o Twitter, podemos encontrar material pornográfico y anuncios de servicios de prostitución simplemente haciendo scroll. Las redes sociales sirven como escaparate de las mujeres en situación de prostitución, sin embargo, esas cuentas están enlazadas a otras plataformas especializadas en contenido pornográfico y prostitución 2.0.
Onlyfans es una de las más conocidas. Permite el intercambio de contenido de webcam, fotografía o grabaciones de contenido pornográfico mediante registro previo. Permite el pago de los productos a la persona que los ofrece quedándose la propia aplicación con un porcentaje del beneficio obtenido.
Las redes sociales y las plataformas especializadas más usados en España son: Patreon, Fansly, Bestfans, Pornhub, Manyvids, Admireme o Justfor.fans. Estos espacios son algunos de los destinos a los que ha migrado la prostitución y que son ya una alternativa al ejercicio de la prostitución en calles o clubes.
¿Qué riesgos entraña la prostitución 2.0?
La publicación de imágenes en Internet está sujeta a un riesgo per se, pero ese riesgo se acentúa si hablamos de imágenes de mujeres que sirven como “reclamo” para publicitar un servicio de prostitución en Internet. El informe sobre prostitución en contextos digitales anteriormente citado explica la problemática y el riesgo que supone para la seguridad de las mujeres “la suplantación de identidad y la difusión de imágenes sin consentimiento siendo además constitutivo de delito”.
La prostitución 2.0 trae, además, una despersonalización de las relaciones humanas que está cruzada por la mercantilización del cuerpo lo que tiene un efecto devastador sobre la situación de las mujeres. El anonimato, supone a su vez una trampa importante. González explica que la apariencia inocua que tiene la prostitución 2.0 bajo la premisa de “yo no hago nada, no me tocan, lo hago y después sigo con mi vida” esconde una situación de explotación sexual de menores mucho más difícil de rastrear que promueve falsas creencias relativas al impacto con nuestro cuerpo y nuestras interacciones.
En términos psicosociales, la prostitución, en cualquiera de sus formas, tiene un gran impacto sobre el estigma de las mujeres. El abuso por parte de los clientes, también de los explotadores produce un desgaste constante: “La víctima entra así en un círculo vicioso, especialmente si es una mujer joven y menor, que se ve obligada a entrar en la rueda de la explotación para que no salgan a la luz los documentos gráficos que expondrían lo que ha sucedido. La persona se siente culpable y muchas veces tonta por haber caído en la trampa del agresor”. explica Noelia Pérez, psicóloga clínica especializada en género y traumas.
Educación para la transformación social para prevenir la prostitución 2.0
Son 30 años los que Médicos del mundo lleva trabajando por el derecho a la salida de las mujeres en situación de prostitución, aunque también cuenta con otros programas que ofrecen oportunidades para prevenir y desincentivar la demanda y en última instancia erradicarla.
La educación tiene un papel clave, por ello, la organización ha desarrollado una campaña junto a la Delegación General contra la Violencia de Género que tiene como fin poner el foco sobre las mujeres, promoviendo la formación y especialización de profesionales dedicadas a los sectores sociales y profundizar, así en el fenómeno de la trata. Las actividades desarrolladas son de distinta índole, abordando la formación del alumnado en los centros de enseñanza y la capacitación centrada en empresas e instituciones para contemplar en sus actuaciones un pensamiento crítico en defensa de los derechos humanos y el bienestar de la ciudadanía.