
En el marco del Día Internacional de las Mujeres, reafirmamos nuestro compromiso con la salud y el bienestar de todas las mujeres. La equidad de género en el acceso a la salud es un pilar fundamental para el desarrollo de sociedades justas e inclusivas.
Los desafíos de las mujeres en el acceso a la salud
Las mujeres enfrentan numerosos obstáculos en el acceso a servicios de salud adecuados, desde barreras económicas y culturales hasta la necesidad de entornos libres de violencia y discriminación.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS):
- Cada día mueren 800 mujeres por causas prevenibles relacionadas con el embarazo y el parto.
- Más del 30% de las mujeres han experimentado violencia de pareja o violencia sexual, lo que impacta su salud física, mental y social.
Por su parte, ONU Mujeres destaca que el 70% de los trabajos sanitarios de cuidados son desempeñados por mujeres, quienes deben lidiar con desigualdad salarial y condiciones laborales precarias.
Además, las enfermedades cardiovasculares son la principal causa de muerte en mujeres, pero a menudo están subdiagnosticadas debido a la falta de investigación con enfoque de género. Asimismo, las mujeres tienen el doble de probabilidades que los hombres de ser diagnosticadas con depresión, debido a factores sociales y violencias de género.
Un abordaje inter seccional para garantizar la equidad
La salud de las mujeres no puede verse de manera aislada. Factores como el racismo, la situación socioeconómica, la orientación sexual, la identidad de género y la discapacidad afectan de manera diferenciada el bienestar de cada mujer. Es fundamental garantizar políticas de salud con perspectiva inter seccional que respondan a estas desigualdades y promuevan justicia social.
30 años de la Plataforma de Beijing: un compromiso vigente
Este 2025 marca el 30º aniversario de la Declaración y Plataforma de Acción de Beijing, un hito en la lucha por los derechos de las mujeres. Este documento reconocía la salud sexual y reproductiva como un derecho fundamental, impulsando el acceso universal a servicios de calidad, educación sexual integral y la eliminación de barreras que impiden a las mujeres ejercer plenamente sus derechos.
Sin embargo, en la actualidad observamos un resurgimiento de políticas anti-derechos que amenazan estos avances. Es urgente reforzar el papel de los Estados en garantizar el derecho a la salud de las mujeres, evitando la privatización de los servicios, aumentando el gasto público en salud y reduciendo las desigualdades que afectan especialmente a las mujeres.
Un llamado a la acción
En este 8 de marzo, hacemos un llamado a todas las instituciones y a la sociedad en general para continuar impulsando la equidad en el acceso a la salud, eliminando brechas y asegurando que cada mujer reciba la atención que merece.
Porque la salud es un derecho, no un privilegio. Sigamos construyendo un futuro donde todas las mujeres, sin distinción, tengan acceso a una vida plena, sana y libre de violencias.