© Alla, psicóloga de Médicos del Mundo en Ucrania, con los hijos de Iryna.
21 de febrero de 2025.- Hace tres años, la vida de Iryna dio un vuelco. Cuando estallaron los intensos combates, ella y sus seis hijos se vieron obligados a huir de su pueblo natal, Trostianets, en la región de Sumy. En cuanto un cohete cayó cerca de su casa, no tuvieron más remedio que ponerse a salvo. Iryna y su hijo Mykola encontraron refugio en la región de Kharkiv, buscando un lugar donde sentirse seguros.
Hoy, Iryna hace todo lo que puede para mantener a sus hijos a pesar de los inmensos retos a los que se enfrentan. Su hija menor necesita una operación compleja, y cada día es una lucha para conseguir los fondos necesarios. El acceso a la atención médica sigue siendo una gran dificultad: el hospital más cercano está a tres horas a pie y el transporte es casi inexistente. Esta situación no es exclusiva de la familia de Iryna; miles de personas en toda Ucrania se enfrentan a dificultades similares. Sólo en el último año, Médicos del Mundo ha prestado servicios de atención primaria a casi 13 000 personas, entre personas desplazadas internos y residentes locales.
Gracias al apoyo de nuestra organización, financiado por la Unión Europea, Iryna y sus hijos han encontrado algo de alivio. Cuatro unidades médicas móviles que operan en la región prestan asistencia sanitaria esencial y apoyo psicológico a cientos de familias afectadas por esta crisis humanitaria. Estos equipos no sólo tratan enfermedades agudas, sino que también proporcionan atención continuada a personas con dolencias crónicas que tienen dificultades para llegar a los centros médicos.
Reconstruir vidas
Una de las consecuencias más profundas de la guerra para la familia de Iryna ha sido el trauma psicológico. Su hijo mayor, Maksym, apenas sobrevivió al bombardeo de su coche. Desde entonces, apenas habla y sufre pesadillas y ataques de ansiedad. Sin embargo, el equipo de psicología de Médicos del Mundo, entre ellos Anastasia, le han ayudado a dar los primeros pasos hacia la recuperación. Sólo en 2024, el equipo de profesionales de salud mental han proporcionado apoyo psicológico a más de 2 500 personas que sufrían graves trastornos emocionales debido a la guerra.
«Existe la creencia común de que buscar ayuda es un signo de debilidad. Muchos tienen miedo de admitir que están luchando», dice Alla, una psicóloga de nuestra organización. «Pero la verdadera fuerza reside en tener el valor de pedir ayuda. Nuestro papel es ofrecer comprensión y apoyo personalizado para ayudar a las personas a recuperar su estabilidad emocional y reconstruir sus vidas.»
Nuestra ayuda va más allá del apoyo psicológico. Proporcionamos consultas médicas, medicamentos esenciales y visitas de divulgación para quienes no pueden acceder a centros sanitarios. Dentro del programa, 25 centros sanitarios han recibido apoyo directo, garantizando servicios médicos continuos en las zonas afectadas.
«Sin su ayuda, nuestra situación sería mucho peor», afirma Iryna. «Aquí nos sentimos apoyados, atendidos y con la esperanza de que algún día volveremos a casa».
El programa Médicos del Mundo, financiado por la Unión Europea, sigue desempeñando un papel vital en el restablecimiento del acceso a la asistencia sanitaria en las regiones más afectadas de Ucrania. Hasta la fecha, casi 19 000 personas han recibido ayuda a través de la iniciativa, y esta cifra sigue creciendo. Gracias a las unidades médicas móviles y a la ayuda humanitaria, miles de familias como la de Iryna están recuperando el acceso a la atención sanitaria y la esperanza de reconstruir sus vidas.
La ayuda humanitaria financiada por la Unión Europea sigue siendo un salvavidas fundamental para quienes lo han perdido todo, excepto la esperanza.
