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Médicos del Mundo alerta del drama sanitario que provoca la pobreza energética

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En pobreza energética la probabilidad de padecer bronquitis crónica, depresión y ansiedad es entre tres y cinco veces superior al resto de personas.

© Médicos del Mundo

Llega el invierno y decenas de barrios de Madrid, Galicia, Cataluña o Andalucía, entre otros, viven una auténtica emergencia humanitaria y sanitaria en silencio. No hay calefacción y no pueden permitirse encender la luz. La probabilidad de padecer bronquitis crónica, depresión y ansiedad es entre tres y cinco veces superior al resto de personas: se llama pobreza energética y está declarada como un problema de salud pública por la Organización Mundial de Salud (OMS).

Benito necesita un respirador para dormir, pero sin luz no funciona. La silla de ruedas de María no se puede cargar y la deja postrada en la cama 24 horas al día. Adán tiene 5 meses y ya ha vivido dos hipotermias… Preocupados por cómo la falta de luz condiciona la salud de muchas personas, la ONG medicosanitaria Médicos del Mundo ha querido mostrar las consecuencias de la pobreza energética con el lanzamiento de la campaña “La factura positiva de la luz”.

Mientras en España muchas personas disfrutan viendo las calles iluminadas con las luces navideñas, desde la asociación alertan de que la falta de luz afecta a 6,8 millones de personas en nuestro país y a un tercio de la población mundial. La pobreza energética azota de forma grave a las personas más vulnerables: personas mayores en situación de extrema pobreza, familias que se han quedado sin ingresos o migrantes que por su situación administrativa irregular viven en condiciones de exclusión de forma precaria en asentamientos.

Muchas han requerido asistencia sanitaria, asistencia social y apoyo psicológico debido a la pobreza energética que padecen. Sin acceso a electricidad o con un acceso limitado, por infraestructura o por el desorbitado precio de la luz, las tareas del día a día se vuelven arduas y precarias. Asearse, cocinar o calentarse se vuelve un quebradero de cabeza que afecta a la salud física y mental de las personas. La ONG denuncia que hay muchas familias que no pueden calentar un vaso de leche para que su hijo se vaya al colegio alimentado o no pueden caldear la casa en las gélidas noches para poder descansar. Además, muchas otras viven con el miedo a que le corten el gas o el agua por impago.

La pobreza energética aumenta la mortalidad

Los cortes de suministro eléctrico afectan a millones de personas en España, vulnerando sus derechos y afectando de manera muy negativa a su salud. La falta de suministro eléctrico aumenta la mortalidad y numerosas patologías se ven afectadas en este contexto: el riesgo para enfermedades cardiovasculares y respiratorias, gripe o asma es muy alto. ¿Cómo conservar la insulina, cómo conectar el oxígeno, cómo hacer que las camas articuladas funcionen?

Debido a la falta de confort higrotérmico de la vivienda y/o al riesgo de impago y desconexión, las personas desarrollan enfermedades que en los casos más graves pueden suponer la muerte prematura. Ya en un estudio de 2011, la oficina regional para Europa de la Organización Mundial de la Salud (OMS) cifraba en 38.200 las muertes prematuras anuales asociadas a la pobreza energética en 11 países europeos.

“Antes atendíamos por frío en las calles. Ahora estas emergencias ocurren dentro de las casas”, afirma Nora, una de nuestras voluntarias de Médicos del Mundo en Vigo. Las causas que ponen en jaque a millones de personas en nuestro país son el alto precio de la luz que alcanza máximos históricos, pero también los bajos niveles de renta y el deficiente acondicionamiento energético de las viviendas. La ineficiencia energética del hogar impide unas condiciones de vida dignas y saludables. Además, cuando muchas familias no pueden afrontar el gasto tan elevado de la luz, se recurre a energías mucho más ineficientes y peligrosas, como braseros o viejas estufas, que son más peligrosas aún para la salud.

La falta de luz afecta a 6,8 millones de personas en nuestro país y a un tercio de la población mundia

La falta de luz afecta a 6,8 millones de personas en nuestro país y a un tercio de la población mundia

La pobreza energética tiene dimensiones globales

En el mundo, 759 millones de personas siguen sin tener electricidad y cerca de la mitad de ellas vive en zonas frágiles y afectadas por conflictos. A pesar del progreso acelerado de los últimos años, es poco probable que se alcance la meta de acceso universal para 2030 establecida en los Objetivos de Desarrollo Sostenible, lo que significa que para entonces aproximadamente 660 millones de personas seguirán sin tener electricidad.

Además, cabe añadir el impacto financiero de la COVID-19 que ha hecho que 30 millones más de personas, la mayoría de ellas situadas en África, no puedan afrontar el costo de los servicios básicos de electricidad.

La pobreza energética arruina la vida de millones de personas en África. Allí uno de cada cuatro hospitales no tiene luz eléctrica. “Sé que cuando viene un paciente y no hay luz el riesgo es mucho más alto”, explica Bona, médico de Médicos del Mundo en Kabala, Sierra Leona. “No hay nada tan angustioso como que un bebé necesite un respirador automático y la luz no funcione. La espera es durísima”, añade Miriam, matrona y madre en Fadugu, Sierra Leona.

“La salud de miles de personas está en riesgo. Se trata de un problema que requiere de una respuesta urgente e inmediata. De nada sirve un respirador o una incubadora si no hay luz, y muchas veces esta es la diferencia entre la vida y la muerte”, explica Nieves Turienzo, presidenta de Médicos del Mundo España.

Ante toda esta situación de emergencia energética, Médicos del Mundo presenta “La factura positiva de la luz”: una iniciativa solidaria para ayudar a las personas más vulnerables que sufren pobreza energética.

Qué hace Médicos del Mundo

Médicos del Mundo trabaja en apoyo a los servicios de salud en lugares donde la pobreza energética forma parte del contexto. Por ejemplo, en la compra e instalación de placas solares y el financiamiento de combustible para generadores en centros de salud. En España, apoya a familias vulnerables que afrontan circunstancias sociales o económicas que afectan a su salud, en muchos casos esa realidad se manifiesta en forma de pobreza energética.

Si quieres colaborar con esta iniciativa, puedes hacerlo con una donación o enviando un Bizum al 33509.