Los Estados deben aplicar la opinión consultiva sobre la ilegalidad de la ocupación israelí
En julio, la Corte Internacional de Justicia (CIJ) emitió una histórica opinión consultiva en la que concluye que la ocupación y anexión de territorio palestino por parte de Israel es ilegal y viola algunos de los principios más fundamentales del Derecho Internacional Humanitario y niega a la población palestina sus derechos humanos.
El dictamen de la CIJ también concluye que todos los Estados tienen la «obligación de no reconocer como legal la situación derivada de la presencia ilegal de Israel en el territorio palestino ocupado» y de «no prestar ayuda o asistencia para mantenerla situación creada por la presencia ilegal de Israel en el Territorio Palestino Ocupado». El traspaso y venta incondicional de armas, piezas y municiones por parte de gobiernos cuando existe un claro riesgo de que se utilicen para dañar aciviles y violar el derecho internacional ha permitido que esto continúe.
Las organizaciones abajo firmantes piden a todos los gobiernos, incluido el Consejo de Seguridad de la ONU y sus miembros, que apliquen la opinión consultiva de la CIJ, incluido el fin a la transferencia y venta de armas, piezas y municiones. Como organizaciones humanitarias, de desarrollo y de derechos humanos con décadas de experiencia trabajando en la Franja de Gaza y Cisjordania, incluido Jerusalén Oriental, y prestando asistencia vital, hemos sido testigos de primera mano de las consecuencias humanitarias de la ocupación israelí y de su devastador impacto en la población palestina, incluidos los niños y niñas. Esto abarca, pero no se limita a:
• El uso de armas para matar y mutilar a la población civil palestina, incluidos niños y niñas, por parte de las fuerzas israelíes y los colonos;
• La detención y reclusión arbitrarias y el procesamiento sistemático de los y las palestinas, incluidos niños y niñas, en tribunales militares israelíes, a menudo en condiciones horribles;
• El desplazamiento forzoso de la población debido al uso de armas explosivas en zonas pobladas, las órdenes de desplazamiento forzoso, la demolición de sus hogares y aldeas por las autoridades israelíes, y la expansión de los asentamientos israelíes en territorio palestino;
• Una vasta infraestructura militar de obstáculos a la circulación y un régimen discriminatorio de permisos que prohíbe la libertad básica de circulación de los y las palestinas, negándoles servicios básicos, incluida asistencia médica vital.
Estas prácticas se vienen produciendo sin rendición de cuentas desde hace décadas, pero la intensificación de los últimos 11 meses ha provocado una catástrofe humanitaria de escala sin precedentes para la población del territorio palestino ocupado, posibilitada por el suministro incondicional de armas, piezas y municiones. Mientras que en Gaza han muerto más de 40000 personas y decenas de miles sufren lesiones que alteran sus vidas y daños mentales irreversibles, la situación en Cisjordania se deteriora a un ritmo acelerado, con incursiones militares terrestres y ataques aéreos israelíes a gran escala que matan y hieren apersonas casi todos los días en lo que va de año.
La violencia y las restricciones impuestas por la ocupación israelí han hecho casi imposible el cumplimiento de los mandatos de las organizaciones humanitarias y de desarrollo. El apoyo humanitario proporcionado por los Estados miembros es obstruido y destruido regularmente por las autoridades israelíes. Si se permite que continúe la ocupación israelí, es probable que las consecuencias humanitarias sigan empeorando y se sigan violando los derechos fundamentales de la población palestina.
La ayuda que hemos conseguido proporcionar ha sido insuficiente para atender las necesidades y no aborda las causas profundas de las consecuencias humanitarias creadas por la devastadora ocupación de décadas que la comunidad internacional ha permitido que continúe durante demasiado tiempo.
El tiempo de las declaraciones vacías ha pasado. Todos los Estados miembros deben actuar con decisión para poner fin a esta ocupación ilegal y a las acciones que la prolongan antes de que se destruyan irreparablemente más vidas.
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