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Pfizer-BioNTech se ve obligada a reducir su control sobre las vacunas COVID-19

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BioNTech modificó su solicitud de patente, reduciendo drásticamente su alcance a un lípido específico, renunciando así a su ambición original de un gran monopolio.

© torstensimon / Pixabay

El pasado 5 de abril, Médicos del Mundo desafiaba el monopolio de Pfizer-BioNTech sobre la vacuna de la COVID-19 presentando “Observaciones de terceros” ante la Oficina Europea de Patentes (OEP) a raíz de dos solicitudes de patente presentadas por BioNTech. Ahora, la empresa farmacéutica ha reducido significativamente sus pretensiones, lo que facilitará una mayor producción.

El objetivo de la acción legal de Médicos del Mundo era evitar la privatización indebida de importantes conocimientos sobre la producción de vacunas que impedirían a otras empresas producirlas.  De hecho, las concesiones de patentes demasiado amplias sobre una serie de tecnologías, como la de BioNTech, corren el riesgo de crear monopolios ilegítimos que obstaculicen la producción de otras vacunas innovadoras contra la COVID-19.

Médicos del Mundo demostró que gran parte de lo que se incluyó en las solicitudes de patente de BioNTech eran conocimientos existentes del desarrollo de vacunas para otros coronavirus y para vacunas de ARNm, ambos iniciados por proyectos de investigación públicos. Por lo tanto, dentro de las solicitudes de patente, había una clara falta de actividad inventiva, un criterio requerido para obtener una patente.

Junto con la acción legal de Médicos del Mundo, los examinadores de patentes la OEP también plantearon varias objeciones a la patentabilidad presentada por BioNTech tras la realización de informes de búsqueda preliminares. Asimismo, los examinadores de la OEP concluyeron la falta de actividad inventiva debido a la amplitud de las reivindicaciones.

Por lo tanto, a finales de abril de 2022, BioNTech modificó su solicitud de patente, reduciendo drásticamente su alcance a un lípido específico, renunciando así a su ambición original de un gran monopolio.

«Se trata de un paso importante: si un tercero utiliza el mismo ARN en una nanopartícula lipídica, pero no utiliza este lípido concreto, ya no entra en el ámbito de aplicación de la patente», afirmó Nieves Turienzo, presidenta de Médicos del Mundo, y añadió que «este cimiento abre la posibilidad de que los fabricantes produzcan vacunas COVID-19 a precios asequibles en todo el mundo».