Profes que evitan la mutilación genital femenina desde las aulas
© Ana Cebrián
Madrid, 5 de febrero de 2020.- Luchar de la mano, desde la empatía y sin juzgar es la mejor forma de acabar con la mutilación genital femenina en España, donde más de 18.000 niñas están en riesgo de sufrirla. Para ello, Médicos del Mundo lideramos un trabajo interdisciplinar con los colegios, los centros de salud y con las familias, para evitar que nadie ampute el derecho a ser mujer de estas niñas.
Es el caso de “la pequeña Malí”, como llaman a Recas, un pueblo de la provincia de Toledo de algo más de 4.000 habitantes, 600 de ellos procedentes de este país africano –un 15%-. En este rincón de la llanura manchega, toda la comunidad -tanto la educativa, como la sanitaria y las familias- se ha volcado en un trabajo de equipo que salva el clítoris y la vida de muchas niñas en riesgo de ser mutiladas cuando viajan con sus familias a sus países de origen por vacaciones, un escenario donde la presión del entorno es muy fuerte.
“¿Qué vais a hacer estas vacaciones?”, pregunta con presunta inocencia una profesora del colegio César Cabañas Caballero al alumnado. “Voy a visitar a mi abuela a Bamako”, contesta una alumna. Y es en ese preciso momento donde se activa todo un protocolo coordinado que requiere la implicación de muchas personas: la profesora comunica la información a la orientadora y director del centro. Estos citan a la familia de la menor para corroborar la información y explicar el proceso por el que tienen que pasar antes y después del viaje. Los progenitores deberán acudir al centro de salud y firmar un documento preventivo en el que se comprometen a no mutilar a su hija y, al regreso del viaje, permitir que la pediatra revise a la menor para comprobar que no ha sufrido la mutilación.
“En este compromiso preventivo les informamos de los riesgos que puede tener en su hija una actuación así, las consecuencias psicológicas y para la salud, y lo que puede conllevar jurídicamente: es un delito de lesiones y se le puede quitar la patria potestad a la familia”, explica Gonzalo Ballesteros, director de este colegio público de Recas que se ha volcado al cien por cien con este problema.
Ballesteros recuerda el primer caso con cierta ansiedad: “Durante el viaje no se me iba de la cabeza cómo estaría la niña. Cuando vino la alumna enseguida subí a clase y me alivió verla contenta. Después de la revisión de la pediatra comprobamos que estaba bien y esa recompensa suple todo el esfuerzo”, cuenta el director de este centro que ya ha evitado al menos seis casos de mutilación en los últimos dos años.
El protagonismo de este colegio en estas historias de éxito es solo uno de los ejemplos del trabajo que Médicos del Mundo coordina en lugares como Navarra, Euskadi, Baleares y Aragón donde forma a profesionales de la salud, de la educación y a las figuras de orientación de colegios e institutos, que en general abordaban esta situación con gran desconocimiento ante la falta de formación sobre la materia que existía en el ámbito de sus respectivas áreas.
En Médicos del Mundo detectamos esta necesidad gracias a nuestro trabajo de campo y a los estudios previos que habíamos realizado con la población migrante con la que trabajamos en España. Coordina todo este trabajo gracias a la mediación intercultural, mujeres, generalmente (aunque también se han implicado algunos hombres) de origen subsahariano afincadas en España que construyen el puente entre las tradiciones más arraigadas de sus comunidades de origen y el marco social y legislativo del país receptor, con el fin además de que la comunidad migrante viva más integrada en el lugar donde muchas de estas personas han nacido y del que se sienten parte.
Este el caso de Aisse Dansoko, mediadora intercultural de Médicos del Mundo Castilla-La Mancha desde 2018: “Un médico te pregunta sobre la marca que tienes en la cara y no sobre la cicatriz de tus genitales. Lo ven algo cultural y les da miedo ofenderte”, explica esta maliense asentada en España desde hace 16 años.
En las aulas se previene, y en muchos foros, tanto académicos como vecinales, se rompen mitos sobre la mutilación genital femenina. Todas las personas hemos escuchado alguna vez que la ablación es solo una práctica africana, que es exigida por el islam o que la gente que la practica es bárbara. Todas estas falsedades, recogidas en la guía “Abordando mitos comunes» de la Red Europea End Female Genital Mutilation, se combaten con empatía, escucha y tiempo. Esta red, de la que Médicos del Mundo formamos parte, aboga por asegurar un enfoque europeo, coordinado, basado en los derechos humanos, y centrado en las niñas para poner fin a la mutilación.
Para alcanzar esta meta es fundamental la formación de todos los sectores involucrados en prevenir y combatir la mutilación genital femenina y evitar así estereotipos y concepciones erróneas. Desde 2017 se pueden realizar formaciones gratuitas a través de la plataforma europea de formación on-line dirigida a profesionales que están en contacto con las personas afectadas o en riesgo de sufrirla.
Qué dice la ley en España
En nuestro país, la mutilación genital femenina está tipificada como delito de lesiones desde 2003 en el Código Penal de 1995 (art. 149) y castigada con pena de prisión de 6 a 12 años e inhabilitación de la patria potestad en el caso de menores. En el año 2005 se aprobó la normativa que permitía la persecución extraterritorial de la mutilación genital femenina, y aunque en 2014 se aprobó una reforma restrictiva de la justicia universal (Ley Orgánica 1/2014), los delitos de violencia contra las mujeres siguen siendo perseguibles si la mujer superviviente de una mutilación tiene nacionalidad española o residencia habitual en España y siempre que la persona a la que se impute la comisión del hecho delictivo se encuentre en nuestro país.
Peticiones
Médicos del Mundo consideramos que, en el abordaje de la mutilación, la mejor estrategia a seguir es la coordinación y las propuestas conjuntas entre los sectores sanitario, educativo y social. Hasta ahora, el foco principal de lucha contra la mutilación se ha centrado en el ámbito sanitario, al ser donde se identifican las niñas y mujeres que la han sufrido. Sin embargo, la coordinación con los recursos sociales o educativos es parte fundamental de la prevención, ya que estos ámbitos son a menudo la vía de detección de casos de riesgo, además de ser imprescindibles en el apoyo a mujeres o niñas que ya han sido víctimas de mutilación genital femenina. Por ello, pedimos:
- Ampliar el protocolo estatal al ámbito educativo, como ya han hecho algunas normativas autonómicas
- La implicación de las administraciones públicas con competencias en educación y de los centros educativos con alumnado proveniente de países en riesgo.
La mutilación genital femenina está extendida en 28 países de África Subsahariana, Oriente Próximo y Asia. Se realiza por creencias culturales y se considera un ritual de paso de la infancia a la edad adulta y una manera de salvaguardar la “pureza” de la mujer. La Organización Mundial de la Salud estima que hay más de 200 millones de mujeres que han sido sometidas a la mutilación en el mundo.
Esta es nuestra agenda de actividades para el Día Internacional contra la Mutilación Genital Femenina.
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